El 41% de las viviendas que se vendieron a través de Idealista en Barcelona durante el mes de octubre no llevaba ni un mes en el mercado, según un estudio publicado este jueves por el portal inmobiliario. Con todo, y a pesar de confirmarse el buen momento de las compraventas de viviendas, los plazos para cerrar operaciones de este tipo están ampliándose. Así, en abril en Barcelona el 50% de los pisos se vendían en menos de 30 días.

El mercado de la vivienda está de dulce. Contra todo pronóstico ha sido el gran ganador de la pandemia y ahora todas las previsiones continúan a su favor. El último dato de compraventas deslizado el pasado lunes por el INE también invita a ese optimismo, tras registrarse en septiembre 53.410 transacciones, la mayor cifra de operaciones efectuada en cualquier mes desde abril de 2008, momento en el que se registraron 54.801.

Entre los expertos inmobiliarios convive la misma sensación, tras un año en el que consideran que ha vuelto la normalidad al mercado, tras la crisis sanitaria. «La vivienda ha sido uno de los bastiones de resistencia frente a otros sectores que todavía tardarán en retomar los niveles anteriores a la irrupción de la COVID-19 », señala el director de estudios de pisos.com, Ferran Font, que cree que 2021 será el año con más ventas de la última década y que subirá el precio un 2%, para luego impulsarse un 4% en 2022.

Aunque en un contexto de mercado que muestra cifras de ventas que se asemejan a los que desataron la crisis del ladrillo, Font cree que no hay que interpretar los datos como la antesala de una nueva burbuja inmobiliaria , «sino como la respuesta lógica de la demanda retenida durante el coronavirus». «Es un buen momento para comprar porque hay mucha liquidez y los tipos de interés son muy bajos. Además, muchos quieren anticiparse para evitar perder poder adquisitivo debido a la inflación y ahorrarse el encarecimiento y los retrasos que generará la falta de materiales», aclara el experto.

Pero para Font, la subida de precios no es una mala noticia ni debe alarmarnos, «pues entra dentro de lo esperado teniendo en cuenta el repunte de la demanda, que se apoya en el ahorro acumulado para hacer frente a la inflación mediante la compra de vivienda y evitando mercados más volátiles. Igualmente, la financiación barata apuntala este interés», argumenta Font, que cree que el aliciente de las subidas y la escasez de suministros de materias primas también animarán las alzas, por el golpe que supondrá a la edificación, aunque cree que su afección a la vivienda usada, «será algo puntual». «No se esperan escenarios de sobrevaloraciones abruptas porque tanto oferta como demanda buscan la estabilidad» concluye.

En todo caso, Font estima un crecimiento de las compraventas del 30% a cierre de año, con alrededor de 550.000 compraventas firmadas. «Hay que tener en cuenta que tras el final del estado de alarma se firmaron operaciones que habían quedado en modo de reposo. Además, la reconducción del ahorro en máximos hacia la vivienda como activo refugio irá entibiándose». Para 2022, «lo ideal es que el incremento de las compraventas se quede alrededor del 3%, que es lo que se ajusta a lo que entendemos como un funcionamiento sano del mercado», abunda.

Alerta por la ley de vivienda

Por su parte, pisos.com también estima que habrá un nuevo repunte en los visados de obra nueva, que espera que supere la barera de los 10.000 a finales de año, un incremento del 18% respecto a 2020, en sintonía con lo que fue 2018 y 2019 antes de la crisis sanitaria. Aunque todo podría cambiar en 2022 si se confirma la obligación a las promotoras de destinar el 30% de las promociones a vivienda protegida que recoge actualmente el anteproyecto de la ley de vivienda. Para Font, esta norma «bloqueará los planes de negocio de muchas constructoras y alejará la inversión en aquellas regiones que decidan llevarla a la práctica». A la vez que «dibujará un mapa desigual cuando lo que se necesita es que el parque de vivienda crezca en cada uno de los territorios de forma racional, obedeciendo a criterios de viabilidad, y no en función de un determinado signo político» apostilla.

Pero en el mercado sobre todo preocupa la regulación del alquiler que pretende la Ley de Vivienda que prepara el Ejecutivo PSOE-Podemos y que pretende castigar a los grandes propietarios obligándoles a bajar precios. Aunque Font estima «que el control de los precios generará más ruido que efectos inmediatos, ya que el índice oficial no entrará en vigor hasta 2024».

En cualquier caso, el portavoz de pisos.com considera que debe actuarse con prudencia porque castigar a los grandes tenedores es contraproducente. «No solo genera inseguridad jurídica y una gran incomodidad en el seno del sector, sino que se retrasa la ansiada profesionalización del alquiler, que es la que garantiza que se genere oferta de calidad». Para este año el experto de pisos.com prevé que el precio baje entre el -1% y el -1,5%.