El sector inmobiliario fue parte del problema en 2008. Ahora quiere ser parte de la solución. Las promotoras han presentado un plan de incentivos al Gobierno que les permitiría suplir el socavón que dejará en el empleo la crisis del turismo generada por el coronavirus. El presidente de la patronal del sector APCE, Juan Antonio Gómez-Pintado, explica en una entrevista telefónica con ABC que las obras ya funcionan a pleno rendimiento y destaca la «demanda latente»que existe en el mercado.

 Portales como Pisos.com prevén una rebaja de la vivienda de hasta el 13%. ¿Está repercutiendo ya la pandemia en los precios?

—Creemos que el impacto en el precio se va a limitar a determinadas zonas. Casi todas las obras que se entregan este año están ya comercializadas y los contratos están ya cerrados, por lo que hay poco margen para las bajadas. Es cierto que el mercado de segunda mano representa otra realidad, porque los clientes tienen ahora unas condiciones diferentes. Pero no se vislumbra que estas caídas de precios vayan a ser generalizadas.

 El mercado ha estado parado durante un mes y medio y las inmobiliarias aún mantienen niveles de trabajo bajísimos.

—Es una situación asimétrica:tenemos abiertos los centros de costes pero no los de ingresos. Aunque cuentan con una productividad del 70%, las obras están ya en marcha al 100%. Mientras, la mayoría de oficinas de venta siguen cerradas y las preventas se han reducido con fuerza durante los meses de marzo y abril. La apertura estaba prevista para el día 4, pero no ha sido general y va a tardar, porque las empresas están siendo muy cautas. Cuando se pongan en marcha, todavía tendremos que superar una crisis de confianza, pero consideramos que esta no durará mucho. En definitiva, la situación es totalmente distinta respecto a la producida durante la última crisis.

 ¿Por qué?

—Porque en 2008 las promotoras estaban muy apalancadas. Ahora tenemos que tener un nivel de preventas muy alto para que nos concedan un préstamos. Más del 50%de las obras que se terminarán el año que viene ya están vendidas.

 ¿Habrá retrasos en los plazos de entrega de viviendas?

—Una obra es como un transatlántico y lleva tiempo ponerla en marcha. Ahora mismo estamos a un 80%de producción, y es probable que haya retrasos en las entregas. Para agilizar los plazos estamos planteando medidas como hacer turnos o trabajar en jornadas laminadas. Es una propuesta que se ha trasladado a los sindicatos, y mientras UGT la ha aceptado CC.OO la ha rechazado.

 Varias constructoras han asegurado que si no se flexibilizaban los contratos con las promotoras muchas de ellas no podrían cumplir los plazos previstos y quebrarían.

—Es cierto que ha habido algo de tensión entre ambas, pero ha sido porque en algún momento se ha puesto de excusa la crisis para revisar precios acordados hace muchos meses. Las constructoras vieron que ese no era el camino y ahora todo el mundo tiene interés en que las obras se terminen.

 Han propuesto al Gobierno incentivos fiscales, como rebajar al 4%el IVA de la compra de la primera vivienda. ¿Qué respuesta les ha llegado del Ejecutivo?

—Desde el Gobierno nos aseguran que están estudiando estas medidas y mantenemos un contacto fluido sobre todo con el Ministerio de Transportes. En España todas las generaciones han contado con ayudas para comprar una primera vivienda y ahora no solo no hay incentivos sino que los jóvenes tendrán que soportar la carga del aumento de la deuda pública. No es justo y no tiene sentido. También consideramos necesario agilizar el asunto de la concesión de licencias, porque los retrasos al final repercuten en el precio de la vivienda.

Hay que tener en cuenta que la crisis está perjudicando mucho a los hoteleros y al turismo y creemos que, con las medidas adecuadas, podríamos ser generar empleo rápidamente y paliar esta situación, ya que representamos aproximadamente el 10% del PIB. En países como Reino Unido, Francia o Canadá ya se están ofreciendo incentivos.

 ¿Pero no puede provocar esto regresar a los desequilibrios producidos en el pasado?

—Hay una vigilancia muy fuerte en el sector y contamos con una situación saneada. Partimos de una situación distinta a la producida hace una década.

 ¿Se va a producir un trasvase de la compraventa al alquiler tras la pandemia?

—Cuando la situación se normalice cada uno ocupará la situación que le corresponde en el mercado. Hay mucha gente interesada en la compraventa, sobre todo por los precios del alquiler que existen en las grandes ciudades. Pero también es cierto que el alquiler todavía tiene margen de crecimiento en España, porque solo alrededor del 22% de la población vive de alquiler, lo que está lejos todavía de la media europea.

 El Gobierno había lanzado un plan para movilizar 20.000 viviendas en alquiler social.

—Es necesario fomentar la vivienda social, porque estamos muy alejados de los niveles europeos. Es una medida razonable, como impulsar la colaboración público-privada y fomentar proyectos de «built to rent», que favorecen la profesionalización del sector.