Alquilar un piso de estudiantes en Santiago es cada vez más complicado

Desde principios de junio ya comienza a apreciarse la afluencia de jóvenes en busca de una vivienda para el próximo curso. La ciudad de Santiago acoge cada año a más de 20.000 estudiantes matriculados en su universidad , con una gran mayoría gallega pero una tremenda minoría santiaguesa, lo cual obliga a los jóvenes a buscar año tras año alojamientos temporales fuera de sus hogares familiares.

Las circunstancias excepcionales dadas por la crisis sanitaria han cambiado las condiciones de este proceso de búsqueda . Mientras el confinamiento más estricto estuvo en vigor todos los estudiantes no procedentes de la provincia de Coruña vieron bloqueada la vuelta a sus pisos, lo cual causó un aluvión de quejas que llevaron a la aprobación de un permiso de paso para recoger pertenencias y firmar el fin de los contratos de alquiler .

Ahora, con la entrada de Galicia en la nueva normalidad y el fin de las barreras interprovinciales muchos jóvenes aprovechan la situación para comenzar la búsqueda de la vivienda que ocuparán el próximo curso, aunque este objetivo se presenta más complicado cada año que pasa .

Los rumores que corrían en aquellos días de confinamiento sobre la inminente bajada de los alquileres y la entrada masiva de pisos turísticos no se han hecho realidad. Ninguna inmobiliaria de entre las contactadas aprecia aumento alguno de la oferta con respecto a años anteriores . «Sería raro que ese tipo de pisos pasase al alquiler de estudiantes» comentó al diario ABC Vicente Martínez, trabajador de Inmobiliaria Apóstol; desde su negocio sí confirman una pequeña subida en el número de alquileres disponibles, pero solo en cuanto a contratos anuales y destinados a familias.

«Santiago sigue teniendo problemas de oferta de alquiler, no solo de estudiantes sino de todo tipo» declaró Mercedes Fernández, responsable de la Inmobiliaria Corbi. En su establecimiento no se registró subida de oferta, y eso que afirman tener «mucha demanda» de contratos anuales.

Lo que sí se diferencia de años anteriores son las fechas. La rescisión de contratos en el mes de mayo por el fin del curso presencial causó que muchos pisos se encuentren libres antes de tiempo, razón por la que hay estudiantes decididos a empezar a buscar incluso un mes antes que en otros años . Todos los negocios coinciden en haber alquilado ya bastantes inmuebles. «Aún con incertidumbre sobre qué pasará el año que viene, muchos se deciden a alquilar» explicó Sonia Ferreiro, trabajadora de Inmobiliaria Betti. La situación de la enseñanza universitaria aún está por determinar, en especial en lo referente a la presencialidad que se exigirá para el curso que viene , lo que podría llevar a muchos estudiantes a posponer la búsqueda.

«La pandemia ha influido mucho en este sentido»; Irene Pernas, estudiante de Psicología inmersa en un convenio Erasmus que la llevó hasta la ciudad de Roma durante este accidentado curso, ya ha dado por empezada la temporada de búsqueda aún sin haber vuelto a casa . En las dos semanas que ella y sus dos compañeras se han dedicado a esta tarea han visitado unos 13 pisos, lo que consideran «todavía muy pocos».

Aunque afirman que «la búsqueda es apurada todos los años», sí ven cambios sustanciales con respecto a otras veces. «Que las clases no sean presenciales abre la posibilidad de estar pagando un piso que no usaríamos» . En todas las opciones barajadas encontraron la misma respuesta rotunda: no habrá más rebajas o excepciones con los rebrotes, el pago del alquiler será el mismo, en los mismos plazos. «No nos hemos planteado no alquilar, pero sí que buscamos otras opciones. Menos precio o alguien que nos ofrezca una posibilidad si las circunstancias cambian».

Precio en alza

Desde Apóstol la previsión de la temporada no es nada esperanzadora . «Probablemente en julio ya no haya ni un 30% de las viviendas disponibles para alquiler, y en agosto ese porcentaje se reduciría al 5%». La demanda en alza y el adelanto de las fechas es algo en lo que coinciden todos los negocios, y en Betti lo comparan a la situación vivida el curso pasado. «La escasez de pisos ya se notó mucho, y este año vamos por el mismo camino».

El precio se mantiene igual de estable que la oferta, y los únicos cambios que registran las inmobiliarias son pequeñas subidas. «Cuando parecía que nos íbamos todos al garete pensábamos que las viviendas iban a bajar, pero todo lo contrario» afirmaron desde Corbi. «Hay propietarios a los que les está resultando muy fácil alquilar aún subiendo el precio un 5% o un 10%». Desde Betti esperan una subida pronunciada en el mes de julio, cuando la demanda esté en su punto fuerte y queden cada vez menos pisos que alquilar.

En la actualidad los universitarios pagan una media de 200 euros por habitación , «un cálculo muy aproximado, porque habría que tener en cuenta tanto las condiciones del inmueble como la localización» apuntó la trabajadora de Betti, aunque todos los negocios coincidieron en las mismas cifras.

El alquiler de este tipo de viviendas en Santiago acumula un período de subida ininterrumpida que ha llevado a muchos estudiantes a decidir alquilar fuera de la ciudad. «Zonas como Bertamiráns o Milladoiro, que antes los jóvenes no se planteaban, ahora sí que se empiezan a pedir» comentó el trabajador de Apóstol «porque la oferta es muy pequeña».

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