Cinco aspectos que definirán la vivienda nueva y usada

La crisis del coronavirus ha puesto en jaque a la economía española. Con una previsión del recorte del PIB de más del 15% según el Banco de España , el mercado de la vivienda no será inmune a este descalabro. Los precios, las compraventas y las hipotecas se verán afectadas . Sin embargo, las estimaciones varían en función de si nos referimos a obra nueva o a segunda mano. El escenario es todavía incierto porque el peligro de que la crisis sanitaria no se recrudezca debido a posibles rebrotes no mermará hasta que no se tenga una vacuna. En pisos.com analizamos cómo se comportarán ambas tipologías:

1. Evolución de los precios . La segunda mano sufrirá ajustes de precios más acusados que la obra nueva. Se trata de una gran oportunidad para inversores, ya que este segmento proporcionará mejores márgenes y beneficios. Además, es de esperar que la oferta aumente con herencias y con inmuebles de vendedores con prisa por obtener liquidez. La obra nueva tiene un recorrido a la baja mucho más estrecho, dado que la oferta es más reducida y los costes de producción están calculados al milímetro.

2. Reformas y mantenimiento . Uno de los inconvenientes de la segunda mano es que, si bien el precio de adquisición pudiera ser más atractivo frente a la vivienda nueva, tras su adquisición suele ser necesario acometer ciertas reformas. En algunos casos se tratará únicamente de una pequeña actualización, pero en otras habrá que plantear una rehabilitación de carácter integral. La obra nueva se entrega lista para entrar a vivir, aunque los costes de comunidad suelen ser más altos.

3. Espacios abiertos . Los promotores han tomado nota de las nuevas exigencias de la demanda, que tras pasar el confinamiento se ha dado cuenta de que los espacios exteriores son sinónimo de calidad de vida. Patios, jardines, balcones… Este tipo de pluses solo puede ser cumplido por los nuevos desarrollos. La vivienda usada está más limitada en este sentido, pues solo cuenta con lo que ya existente o, como mucho, con la posibilidad de volver a abrir un cerramiento de terraza.

4. Baile de ubicaciones . La obra nueva que se pone en marcha en los distritos céntricos representa un porcentaje mínimo. Además, este tipo de promociones suele llevar implícito el componente del lujo residencial, dado que las parcelas libres se venden a precios desorbitados. Por eso, la vivienda usada es la alternativa más factible en el centro para los que no tienen un presupuesto elevad. La periferia es un lugar donde encontrar vivienda nueva asequible y con unas calidades nada desdeñables.

5. Ahorro previo . La destrucción de empleo y el cierre de negocios que ha desencadenado la pandemia no tiene precedentes. Con un marco laboral inestable, la demanda dilata sus decisiones de compra debido a las dificultades para lograr el ahorro previo que cubre la parte no financiada por el banco. Tanto la vivienda usada como la nueva exigen un porcentaje elevado previo a la hipoteca, aunque la compra sobre plano da más tiempo al comprador para reunir los fondos.

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