Galicia enfrenta su peor crisis del alquiler con solo 3.000 casas libres

Alquilar casa es casi misión imposible en las siete ciudades gallegas y sus áreas de influencia, donde residen el 80 por ciento de los habitantes de la Comunidad . El número de viviendas en el circuito tradicional de alquiler lleva tiempo en caída libre y los expertos denuncian que a la vuelta del verano se marcarán mínimos históricos que «harán saltar todas las alarmas». Lo advierte Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que asume que en cuestión de un par de meses la bolsa de casas en alquiler podría bajar de las 3.000 , lo que será una cifra crítica. El dato contrasta, además, con que la Comunidad gallega está a la cabeza de España -porcentualmente hablando- en lo que a casas vacías se refiere: hay 340.000 viviendas cerradas a cal y canto en las que nadie reside y que no está ni en venta ni en alquiler. ¿Cómo casan ambos escenarios?

Las respuestas a esta situación extrema son varias y hay que buscarlas, asegura el experto, en la normativa actual. Los cambios en la regulación del alquiler, manifiesta Iglesias, han provocado una «inseguridad jurídica» en los propietarios , que prefieren no comercializar sus pisos por el miedo a impagos por parte de los inquilinos ante los que no están protegidos. Un desequilibrio entre los derechos y deberes de arrendador y arrendatario que los dueños temen. «Siempre tiene que ser al 50 por ciento, pero los derechos de los propietarios no se han defendido . En vez de incentivarlos con reducciones fiscales para sacar esa vivienda vacía al mercado del alquiler, lo que se ha hecho es penalizarlo. Todo eso ha tenido un efecto contrario a la tendencia del mercado y ha desatado recelo en el propietario que busca nuevas fórmulas» reflexiona el experto. A la realidad de los arrendadores se suman unas circunstancias adversas para quienes quieren convertirse en propietarios. Y es que comprar una vivienda -aunque lejos de la burbuja del 2008, que disparó a 1.900 euros el metro cuadrado- se encarece día a día . Al endurecimiento por parte de las entidades bancarias, cada vez más restrictivas con las condiciones, se suma ahora una inflación que solo servirá para disparar los precios de los inmuebles, dada el alza de los materiales y los combustibles. Y eso devuelve a muchos de los demandantes de vivienda a la casilla de un mercado del alquiler, incapaz de dar respuesta a sus necesidades habitacionales . Pero, advierte Iglesias, no debemos errar el tiro a la hora de buscar responsables.

Algunas voces, sobre todo las de los concellos más turísticos de Galicia, empiezan a elevarse en contra del auge de las viviendas vacacionales, que casi quintuplican las que hay en alquiler clásico. Los últimos datos publicados por la Xunta indican que en toda la Comunidad existen cerca de 15.000 VUT registradas y localidades como la capital gallega las acusan de la falta de pisos a la que se enfrentan familias y estudiantes. Pero desde la Fegein invitan a la reflexión y piden «no demonizar un sector» que está «perfectamente regulado desde 2017» y que opera dentro de la legalidad. « Vivimos en un mercado libre y es injusto culparlos . Todas están registradas y tienen que tener unos estándares de confort y calidad. Si hay más de 14.500 VUT en Galicia y 3.200 viviendas en alquiler tradicional habrá que preguntarse el porqué. Lo primero es la rentabilidad de la VUT, que es muy superior. Pero hay más condicionantes, como la falta de incentivos fiscales» recalca como raíz del problema.

Ante este cuello de botella, los profesionales inmobiliarios recetan una mayor apertura de miras y ser conscientes de los cambios sociales que, a la postre, influyen en la dinámica inmobiliaria. Es el caso de la querencia por viviendas vacacionales en detrimento de los hostales o los hoteles por parte de los viajeros. Una demanda que parece no haber tocado techo y que explica, anotan, un nuevo modelo de viajar. «LA VUT ha llegado para quedarse» afirman. «Si eres de Chantada y tienes una casa vacía la tienes que meter en el mercado tradicional, pero si estás en Vigo o en Santiago ni te lo piensas» aclara Iglesias. El caso de la ciudad más poblada de Galicia, con unos 300.000 vecinos, es paradigmático. Por primera vez en su histori a acumula más viviendas vacacionales (743) que las que aguantan en alquiler normal (580) . Y la tendencia solo apunta a un desequilibrio en aumento.

Sin entrar a valorar el baile de sentencias que mantienen en vilo a los dueños de pisos turísticos en la capital gallega, que batalla para prohibir este tipo de alojamiento en la zona monumental exigiendo una licencia municipal, Iglesias invita a ver el problema con perspectiva. «Hay un nuevo modelo de viajar a nivel internacional y como comunidad tenemos que dar respuesta a eso. Ahora existe esa tendencia, igual que hasta hace poco solo existían los taxis y ahora hay otras fórmulas para movernos por las ciudades. Son tendencias del mercado, es la vida misma y no le podemos poner puertas al campo » indica.Volviendo al problema de fondo, y con las inmobiliarias de los principales núcleos urbanos saturadas por la demanda, el gremio exige al legislador «una reflexión» que impida el peor de los escenarios. «Todo el mundo tiene una necesidad de vivienda y la nueva se está encareciendo un 10 por ciento. Cada vez va a haber más personas que tengan que alquilar y eso es lo que tememos, que la horquilla de comercialización ya es muy baja y va a bajar de las 3.000 en los próximos meses y eso sí que es una línea roja » ahondan desde el sector, que coincide en que la solución es única y urgente: movilizar una bolsa de alquiler que están en mínimos históricos y que en muchos casos es estática, por la ubicación de los alquileres, la mala habitabilidad o precios inaccesibles para muchas familias. «Lo que se está haciendo no funciona, eso está claro», alertan.