China rebaja los tipos de interés para reactivar una economía paralizada

La crisis de deuda del sector inmobiliario, que representa un 29% de su PIB, supone un riesgo sistémico al que se suman las restricciones de una política de Covid – cero sin fin

China, que avanza cada vez más despacio, añade gasolina para ganar impulso. Sirva en este caso la liquidez por combustible. Su banco central ha anunciado hoy una reducción de los tipos de interés de los préstamos, incluidos los hipotecarios, por segunda vez este año; apenas una semana después de relajar otras exigencias similares. Las autoridades del gigante asiático tratan así de reactivar una economía lastrada por la crisis del sector inmobiliario y los obstáculos recurrentes de una política de covid-cero sin fin.

El movimiento ha resultado a la vez previsible y sorprendente: la encuesta de expertos realizada por ‘Bloomberg’ pronosticaba una rebaja inminente, pero no la mayor de la serie histórica. El tipo de préstamos a cinco años ha disminuido del 4,45 al 4,3%. El tipo de préstamos a un año también ha registrado un descenso, aunque no tan significativo: del 3,7 al 3,65%. El Banco Popular de China ya había acortado ambas ratios unos meses antes, la primera en mayo y la segunda en enero.

Este recorte aliviará el coste de las hipotecas y concederá una bocanada de aire a un sector, el inmobiliario, asfixiado por las deudas. El pasivo acumulado por sus catorce empresas principales supera el medio billón de euros, equivalente a la mitad del PIB español. La mitad de esta cuantía, a su vez, está a nombre de Evergrande, que ya ha incurrido en impagos. La situación supone un riesgo sistémico, pues el sector inmobiliario representa el 29% de la economía de China.

Dicha medida, sin embargo, no solucionará la crisis de confianza que padece la industria. Muchas compañías carecen de recursos para completar la construcción de viviendas, abonadas de antemano por sus futuros inquilinos. Ante la creciente supervisión de las autoridades para limitar el endeudamiento, este procedimiento se ha convertido en la vía de financiación más habitual. Pero ahora, cientos de individuos han amenazado con dejar de pagar sus hipotecas hasta que las obras se lleven a término. Las ventas reflejan once meses consecutivos de caídas, la peor racha desde que China creara su mercado inmobiliario privado en la década de los noventa.

«Los tipos de préstamo ya están en mínimos a corto plazo, y la demanda es muy débil debido a los persistentes impedimentos causados por las políticas de Covid y el estrés del sector inmobiliario. Por lo tanto, un recorte tendría un efecto mínimo en las condiciones y sería en gran medida simbólico, ya que el Banco Popular de China quiere manifestar una postura favorable al crecimiento», adelantaba la consultora Eurasia en un informe publicado este fin de semana.

Un impacto reducido, empezando por la respuesta de los mercados financieros. La reducción impulsó el índice Hang Seng Mainland Properties, que agrupa a las constructoras chinas que cotizan en la Bolsa de Hong Kong, a un 2,5% hasta cerrar la jornada en un 1,28%. Una respuesta aún más tenue en otras plazas, con el índice CSI 300 de Shanghái y Shenzhen avanzando un 0,73%.

«El recorte de hoy marca la segunda rebaja relativamente grande del tipo preferencial de préstamo a cinco años, después de un movimiento similar en mayo. El motivo es claro: la progresiva preocupación del Gobierno por la crisis del mercado inmobiliario», ha incidido Wei He, analista de la firma de servicios financieros Gavekal, en una nota publicada hoy. «Es poco probable que el alcance limitado de la relajación hasta ahora sea suficiente para cambiar el mercado de la vivienda, especialmente porque la caída actual es peor que las precedentes», ha añadido.

Objetivo abandonado

La economía china creció un 0,4% anualizado en el segundo trimestre del año. Una marca, a ojos de expertos,«inverosímil» que alimenta dudas perennes respecto a la veracidad de los datos oficiales. En particular cuando este periodo coincidió con los rebrotes más virulentos registrados en el país hasta la fecha. Una situación ante la que sus autoridades impusieron dos meses de encierro domiciliario en Shanghái, núcleo comercial, y paralizaron Pekín durante seis semanas, así como muchas otras ciudades.

El 4,8% del primer trimestre ya había provocado el escepticismo de los analistas. La suma de ambos parciales arroja un 2,5% para la primera mitad del año, cifra que hace casi imposible alcanzar el objetivo gubernamental, fijado «alrededor del 5,5%» en la reunión anual del aparato legislativo el pasado mes de marzo.

El Gobierno ha comenzado a dar muestras de haber abandonado este guarismo. En julio, el documento que daba cuenta del encuentro económico trimestral del Politburó, organismo que agrupa a las 25 personas más poderosas del régimen, no hacía mención del objetivo oficial y se limitaba a remarcar que los líderes «se esforzarían por lograr los mejores resultados posibles». Una promesa indeterminada para la que hará falta mucha gasolina.