Las familias españolas están retrasando la decisión de comprar una vivienda debido a la incertidumbre que les genera a corto y medio plazo la actual coyuntura socioeconómica. En ello coinciden la práctica totalidad de los expertos independientes y la mayoría de los tasadores que han participado en el XI Observatorio de la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV). De esta forma explican la existencia de un menor dinamismo del gasto en bienes duraderos y la congelación del volumen de transacciones de viviendas a niveles similares a los de 2017.
El informe prevé un crecimiento del precio de la vivienda del 5% para finales de este año y cifras superiores para 2020, aunque tres de cada cuatro panelistas sostienen que el año que viene los precios crecerán menos que en este ejercicio , sin descartar que puedan existir segmentos que, por condiciones geográficas o específicas, puedan experimentar evoluciones superiores. Otra de sus conclusiones es que la financiación promotora parece haber mejorado considerablemente en los últimos meses.
El 60% de los expertos consultados considera que existen en el mercado evidencias palpables de una mayor facilidad de acceso a la financiación de la promoción y la construcción y sugieren que, con abundante liquidez, baja morosidad y sin restricciones de capital, las entidades bancarias están en buena situación para financiar la demanda de promoción.
Para Paloma Arnaiz, secretaria general de la AEV, patronal de las sociedades de tasación, se atisba la llegada de un “periodo de estabilización de los precios, en sintonía con las expectativas de ralentización de la economía”.
No obstante, ha subrayado que el mercado sigue moviéndose a dos velocidades y que “las localidades con mayor demanda siguen enfrentándose a importantes tensiones debidas a la falta de oferta, las cuales tenderán a contagiarse a áreas periféricas, dado que los precios tanto de alquiler como de venta han alcanzado en muchos puntos el límite que la demanda puede asumir”.
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