Fiebre inversora en el inmobiliario: de centros de datos a residencias

La época dorada que vive el sector inmobiliario tras la crisis del coronavirus va mucho más allá del residencial. Con segmentos como el hotelero, los centros comerciales y las oficinas en reconstrucción, ganan peso en nuestro país activos denominados alternativos: residencias de estudiantes, de mayores, o incluso los centros de datos. Infraestructuras que hasta ahora estaban muy poco profesionalizadas y en las que fondos y promotoras han encontrado ahora un filón.

Las residencias de estudiantes, de hecho, están cerca de abandonar este grupo, porque llevan años con fuertes incrementos. Fue en 2013 cuando los primeros operadores del sector se pusieron manos a la obra para profesionalizar unos inmuebles muy ligados históricamente a las congregaciones religiosas. Casi una década después, el sector cuenta con cifras de inversión que superan los 500 millones y más de 22.000 camas en construcción. Así lo apuntan desde la consultora estadounidense JLL , que refleja en su último informe sobre alternativos que la inversión en residencias de estudiantes despuntó un 80% en 2021.

«Los inversores extranjeros están mostrando mucho interés en el sector de alojamientos para estudiantes en España y ya representan el 64% de la inversión en esta clase de activos, interesados tanto en activos operativos como en desarrollo», reza el informe.

Juan Manuel Pardo, director del área de Living de JLL España , destaca que es «un alternativo en camino de dejar de serlo». Afirma que en los próximos años la franja de edad de jóvenes entre 17 y 24 años va a crecer con fuerza por cuestiones demográficas y vaticina que existe una demanda sin satisfacer de entre 100.000 y 120.000 camas. Según sus cálculos, en los próximos años no solo se va a producir un crecimiento orgánico, sino también una consolidación de plataformas, que «pasarán a inversores con apuestas más a largo plazo».

Fuentes del sector explican que existe una necesidad de rehabilitación en un buen número de residencias, ya que algunos de estos inmuebles llevan años en un estado de semiabandono. Por el momento, sin embargo, las ayudas a la rehabilitación puestas en funcionamiento por el Gobierno con cargo a los fondos europeos se han centrado en viviendas.

Otro de los sectores que está creciendo con fuerza es el de las residencias de ancianos. JLL asegura que la inversión creció un 325% en 2021, alcanzando los 1.200 millones de euros, lo que supone casi el doble que antes de la pandemia. En este caso, sin embargo, existe una gran regulación, tanto de las regiones como a nivel nacional. Y en el sector esperan que en el futuro las restricciones puedan aumentar. Pese a ello, Juan Manuel Pardo espera que se produzca una gran concentración de operadores debido a que el mercado actual está muy atomizado.

En PwC creen que los activos alternativos serán los grandes protagonistas de la inversión inmobiliaria durante este ejercicio. Así viene recogido en su último informe sobre tendencias inmobiliarias, un documento que pone de manifiesto el crecimiento que han tenido este tipo de inmuebles en las carteras de los grandes fondos y gestoras.

«Hace años, la oficina y el comercio minorista habrían dominado la cartera. Hoy no. Cada vez estamos más centrados en lo que se define ampliamente como activos alternativos», explica un administrador de fondos institucionales al que cita el informe, que destaca también la falta de oferta de determinados activos como uno de sus principales problemas. Pese a ello, según PwC , este 2022 este tipo de activos superarán en inversión residencial, el hotelero o las oficinas. Sobre todo en todos aquellos inmuebles que están relacionados con infraestructuras energéticas, logística, salud y centros de datos.

Normas más claras

José Manuel Pardo también tiene en consideración este último segmento y lo sitúa como un activo a seguir junto a las residencias. «España ha tenido mucho crecimiento en el comercio electrónico con la llegada de la pandemia y necesita nuevos espacios para almacenar datos. Muchos inversores consideran que se puede convertir en uno de los mayores operadores de Europa, aunque también es cierto que harían falta unas normas mucho más claras para delimitar el desarrollo de estos inmuebles». En plena ola inflacionista, el inmobiliario cultiva nuevas ramas de negocio para mantener su estatus de valor refugio.